Mi obra es el resultado de un largo proceso de depuración desde el más severo academismo que a través de los años se fue transformando en la búsqueda de nuevas formas de expresión, quizá pensando siempre en un lenguaje plástico donde predomine la simplificación y acorde a la realidad que me ha tocado vivir. La vida contemporánea en términos generales es el principal elemento de inspiración con que contamos los artistas y nuestra preocupación es manifestar con los medios de que disponemos, las impresiones que captamos por nuestro rápido paso por este mundo. Para un profesional en el arte, la  tarea es complicada y no tiene nada de fácil: 70 años en el ejercicio de las artes plásticas me lo han enseñado, una cosa es aplicar colores en una superficie a diestra y siniestra y otra es utilizar los mismos colores sobre la misma superficie; pero con método y con conocimiento de causa, cosa que implica muchos años de estudio y dedicación.

 

 

          Concretamente he llegado a una etapa donde la simplificación va acompañada de una carga de expresividad emocional acorde a lo que nuestros cinco sentidos captan diariamente de la presente humanidad que cada día que pasa da muestras de pérdida de ecuanimidad por lo que sufrimos una psicosis que a  gran paso nos está conduciendo a la locura total; pero de lo que sí estoy seguro es que toda mi obra es un autorretrato porque es mi otro yo.

 

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